Las hermanas Teresi en la sala y Luisi en la cocina merecen una medalla de oro por su pasión por la hostelería, el cariño que ponen en esta ilusión personal y la constante mejora en sus propuestas gastronómicas.
Siempre es agradable comprobar, máxime en estos tiempos complicados para la economía, que las generaciones más jóvenes arriesguen su patrimonio recogiendo el testigo de sus mayores para conservar un negocio tradicional.
Tras la jubilación de sus padres y un cierre temporal, en 2016 reabrieron sus puertas con aires renovados y un ambiente más moderno pero con el mismo sabor clásico.
Es una típica casa asturiana, escondida en el pueblo, en una zona tranquila, con bar y terraza en plena naturaleza. Ahora dispone de una agradable galería acristalada y adosada al edificio que permite contar con otro comedor climatizado en invierno y que con buen tiempo puede abrirse al aire libre por tres laterales.
Al restaurante La Llosa de Oles hay que ir, no está al paso de nada, totalmente apartada del ruido, pero merece la pena coger el coche y disfrutar del paisaje.
Se encuentra en un pequeño pueblo de la costa mariñana. Hay que tomar la antigua carretera nacional que une Gijón con Villaviciosa, o viceversa, y al llegar a lo que toda la vida fue El Gobernador, y ahora llaman El Pidal, girar en dirección a Oles. La señalización en les caleyes y Google Maps hacen el resto.
En La Llosa se nota en cada detalle la mano femenina. No hay ni un solo hombre al frente de la nave: vistosa decoración, moderna pero sin estridencias, excelente vajilla, impoluta cubertería, fina cristalería…
La Llosa ofrece pescados muy frescos y varios platos típicos de la zona como raya, sopa de llámpares, callos, calamares en su tinta, pulpín con patatines o cebollas rellenas de caza.
Especial mención para la última iniciativa: fritos de pixín (rape) negro. Espectaculares. En la ración utilizan la pieza entera, con la particularidad que rebozan y fríen aparte la cabeza y la espina dorsal del pez logrando unos bocados inolvidables.
También destaca la fabada -la mejor de Villaviciosa en 2020-, el pote de berzas con compango casero, las carnes asturianas, el solomillo en hojaldre y excelentes postres propios.
Magnífica decisión para disfrutar la mejor gastronomía asturiana a precios contenidos y con un servicio cariñoso. Sin duda, uno de mis preferidos en Asturias. Imprescindible reservar en fin de semana.
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